domingo, 16 de febrero de 2014

ALANDA QUINTA DA MURADELLA 2007, expresión de la tierra.




Una de las cosas buenas que tiene escribir sobre vinos en un blog es que investigas y buscas información acerca de todo lo que lo rodea, elaboración, añada, zona, clima, cultura, gente, etc. Sin embargo, en el caso del vino sobre el que os escribo, es totalmente al contrario. Muchos artículos y opiniones sobre el creador de este ALANDA QUINTA DA MURADELLA 2007 llegaban a mi sentido a través de muchos medios como si se me estuviera mandando un mensaje. Todos tenían opiniones positivas sobre sus vinos, pero en lo que todos coincidían es en la manera de ser o de entender la vida y la vid de su creador, Jose Luís Mateos, un verdadero viticultor o “vigneron” como dicen nuestros vecinos franceses. Ama la tierra, y eso seguro que lo transmite a sus vinos porque recordemos que el verdadero fin de un vino es reflejar principalmente la zona y tierra de donde chupa la vid. Respeta al máximo la naturaleza de la zona, para bien o para mal, intentando no cambiar nada del entorno para transmitir la verdadera esencia de la zona, terroir, vegetación, olores, etc. Y eso tiene su riesgo, porque un año malo climatológicamente hablando, trae sus quebraderos de cabeza, pero siempre es fiel a la bondad de la añada, respetuoso con ella, sea cual sea su calidad, aplicando los principios de la agricultura ecológica.



La bodega toma nombre de una de sus fincas, Muradella, siendo una de las principales bodegas de calidad de la D.O. Monterrei en el municipio de Verín (Orense-Galicia). Apuesta por las variedades autóctonas como la bastardo (merenzao) y la dona blanca, apoyadas en las más conocidas mencía y godello. La expresión de la uva y la tierra marcan el estilo de sus vinos, beneficiándose de limitadas lluvias y suaves inviernos con veranos con grandes oscilaciones de temperatura entre día y noche, para regalarnos vinos con carácter, frescos y frutales. Os pongo un enlace a la página de la bodega en la web de la D.O. por si queréis saber más: http://www.domonterrei.com/bodega.php?id=18

El futuro o el azar, puso en mis manos, sin buscarlo, uno de sus vinos más básicos, pero qué básico!! Uno de esos vinos de escasa producción (dos mil y pico de botellas) que en esta añada del 2007 se expresa impecable, con sabiduría, conjugando juventud y madurez.


ALANDA QUINTA DA MURADELLA 2007


65% mencía, 30% bastardo (merenzao) y 5% tempranillo.
D.O. Monterrei.
Criado en barricas nuevas de roble francés durante 13 meses.
13% alcohol.
16€ aprox.


VISTA
De color rojo cereza de capa baja se nos presenta este vino con ribetes de claros indicios de evolución con tonos ladrillo. Movimiento ligero en copa y lágrima presente.


OLFATO
A copa parada se nos muestra con buena intensidad, ofreciéndonos gratos recuerdos a fruta roja madura y hierbas balsámicas de monte (romero). Agitamos la copa y sube la intensidad, la cosa se pone interesante. Un abanico de perfumes se apodera de mi nariz, fusión de fruta, especies y tímidas aportaciones de mineralidad que me invitan a la presura del deleite gustativo. Cerezas, romero, pimienta rosa, violetas, cáscara de naranja y piedra húmeda forman el esqueleto aromático de este vino siempre conducido por una frescura propia en estos vinos del sur de Galicia. Una nariz elegante y algo compleja.






GUSTO
En boca es de esos vinos frescos y ligeros, de trago fácil, pero que te regalan un “final feliz”. Entra muy correcto, vertical, ligero, fresco, de acidez impecable y taninos finos muy integrados. Parece que estos dos años en botellero le ha venido de perlas. Para nada se aprecia ese final amargo y verde que se le achacan a muchos vinos tintos gallegos. Eso ha quedado atrás en pos de esos toques balsámicos que aúnan su frescura. Su postgusto no es muy duradero pero sí que franco. Frutosidad y carácter mineral se pegan a la boca e invitan a seguir bebiendo.


Deciros para concluir, que cada vez que tomo un vino tinto gallego con esa frescura atlántica propia, me sigue sorprendiendo satisfactoriamente. No sé si estos vinos están de moda, siendo muy bien puntuados y premiados en revistas y concursos internacionales, o simplemente les estamos dando su lugar entre los más importantes del país, como muchos se merecen. La verdad es que este es el camino que deben seguir, apostando por el trabajo en el campo, respetándolo, y con vinificaciones de calidad para que expresen todo su potencial. Si señores, podemos estar en el camino de la versión española de la Borgoña, con vinos delicados, elegantes, perfumados… sensuales.





Ahora sí lo tengo claro, queda pendiente una visita a tierras gallegas, tierra de buenos vinos.