martes, 18 de junio de 2013

Amontillados a ciegas en LA SACRISTÍA



El participar en una cata a ciegas pone a prueba todos tus conocimientos sobre el vino y en cada fase del análisis cualquier detalle puede ser determinante. Vista, olfato y gusto se ponen literalmente a trabajar al 100% con la particularidad de no saber prácticamente nada sobre el vino a analizar. Estas catas a ciegas suelen estar tematizadas en algún dato en concreto que engloba a todos los vinos, pero no mucho más. Cuanto menos sepamos sobre los vinos más interesante y divertido será el ejercicio, y tengo que deciros que es la mejor forma para aprender y valorar verdaderamente sus virtudes o defectos, ya que no estamos influenciados por su marca, nombre, etc. Os aseguro que si pudiera elegir siempre, cataría los vinos de esta manera, a ciegas. Es como aprender jugando y siempre hay sorpresas cuando se dan a conocer las botellas.


Aula de catas de LA SACRISTÍA
Esto es lo que ocurrió hace unos días en La Sacristía del Marco de Jerez de la Taberna der Guerrita en Sanlúcar de Barrameda, para mi uno de los principales focos de divulgación y culturización de los vinos del marco jerezano. Y Armando Guerra, su propietario, tiene gran culpa de ello. Enólogo y tabernero, lleva en la sangre su pasión por el vino y principalmente por los Vinos del Marco, y siempre le está dando vueltas a la cabeza para realizar catas y ejercicios relacionados con el vino. En esta ocasión fue una CATA A CIEGAS DE AMONTILLADOS del marco jerezano para unas 15 personas, no más, es el máximo aforo en este salón del vino. Aficionados, enólogos y profesionales dedicados al vino fuimos los elegidos para catar prácticamente sin ninguna referencia (sólo que eran amontillados) 11 vinos soberbios, cada uno con su personalidad acusada pero también muy difíciles para este ejercicio a ciegas. Estas catas ya han sido bautizadas por sus creadores, Armando Guerra y Antonio Barbadillo, como “la prueba del algodón” y constan de varias sesiones repartidas durante el año en las que se catarán las diferentes tipologías de vinos del Marco de Jerez. A la anterior cata de Manzanillas no asistí, pero seguro que asistiré, siempre que mi amada sufridora me lo permita jejeje, a las siguientes.


Once copas por catador que perfumaban intensamente el salón. Once copas ya servidas de antemano con un orden aleatorio. Once copas de amontillados de gran nivel y con diferentes personalidades. Once grandes copas. 

El ejercicio consistió en analizar los 11 vinos de una sola vez durante unos 20 minutos en una primera toma de contacto para sacar la máxima información y clasificarlos en un orden según su finura, intensidad, persistencia, etc. Seguidamente dábamos opiniones sobre los vinos que nos llamaron más la atención y los que más nos gustaron antes de dar a conocer sus nombres. Llega el momento del “destape” de las botellas y siempre hay sorpresas. Entonces, las convicciones sobre todos mis conocimientos de estos maravillosos vinos penden de un hilo, un duro ejercicio que te da una bofetada y te dice “¡hey!, ¿sabes las múltiples diferencias que pueden existir entre Amontillados?” Las catas a ciegas, a veces, son muy duras pero son la mejor manera para aprender y darnos una lección de humildad. Los once vinos fueron:




1- Amontillado Fossi de Primitivo Collantes.

2- Jalifa Amontillado VORS de Williams & Humbert.

3- Amontillado Contrabandista de Valdespino.

4- Amontillado Quo Vadis? de Delgado Zuleta.

5- Amontillado El Tresillo de Emilio Hidalgo.      

6- Amontillado muy viejo de Rafael de Terán.

7- Amontillado La Garrocha de Grant.

8- Amontillado de Yuste.

9- Amontillado Viejo der Guerrita.

10- Amontillado Príncipe de Barbadillo.

11- Carta Blanca Blázquez Jerez Fino.


 Tengo que destacar la gran gama y calidad de los amontillados que se pudieron probar, desde finos y “jóvenes” hasta los viejísimos “de meditación”, pasando por los “artesanos” de escasísima producción y difíciles de conseguir, o también un amontillado abocado que saca un poco los pies del tiesto. Saqué la conclusión, con el amplio abanico de vinos catados, de que existe un amontillado para cada ocasión, desde los que acompañan a comidas intensas y con personalidad a los que se deben disfrutar con calma, sentado en un sillón frente a la chimenea y escuchando cómo las gotas de lluvia se funden con una buena partitura clásica, es decir, vinos de meditación que te transmiten los muchos años de solera, verticales, complejos en aromas y sabores, finos en el paladar pero que se aprecian “como cuchillos” por su verticalidad y salinidad, y un final con una persistencia casi eterna, espiritual.


Para terminar os dejo la tabla de las catas para este verano 2013 de La Sacristía, por si alguno se anima y quiere experimentar buenas sensaciones en torno al vino de la mano de Armando. No tardéis mucho en reservar, que las plazas vuelan!!





Gracias Antonio y Armando por darme la posibilidad de sentir estos magníficos vinos, vinos únicos.