martes, 13 de septiembre de 2011

MARTÚE 2008, melodía para los sentidos.




Estupendo vino, que toma como base de elaboración la antigua práctica francesa de mezclar vinos monovarietales para dar como resultado un caldo de más calidad, llamada coupage o assemblage, consiguiendo el equilibrio y la complejidad necesarios para conseguir un gran vino. El coupage es la mezcla de vinos, de la misma o diferente cosecha o variedad de uva, con el fin de unificar y complementar las cualidades del vino resultante. Se puede decir, que sigue la filosofía de los grandes Châteaux bordeleses, de mezclar la cabernet sauvignon y la merlot con otras variedades, a excepción del mítico Petrús, 100% de merlot. Esta fórmula requiere de la experiencia del enólogo, respetando el carácter y la filosofía que quiere imponer en su vino.



En este caso, nos encontramos de nuevo, con uno de los más prestigiosos enólogos de nuestro país, Ignacio de Miguel, al cual ya nos hemos referido en algún que otro reportaje de este blog.


Casa Martúe

En este vino MARTÚE 2008, el enólogo Ignacio de Miguel, realiza un coupage con cinco variedades  como son tempranillo (40%), merlot (26%), cabernet sauvignon (23%), petit verdot (6%) y syrah (5%), procedentes de las fincas propias Campo Martuela y El Casar de La Guardia de Bodegas Martúe en Toledo. Así, aúna la elegancia y finura de la tempranillo, la sedosidad de la merlot, la personalidad, rusticidad y capacidad de la cabernet sauvignon, los aromas inusuales de la petit verdot, y los aromas silvestres (violetas) de la syrah. Cada variedad fermenta por separado y posteriormente se procede a su coupage para, a posteriori, permanecer durante nueve meses en barricas de roble francés (70%) y americano (30%).
Bodegas Martúe tiene la calificación de Vinos de Pago desde mediados de 2009, considerándose todos sus vinos como vinos de pago del Pago Campo de La Guardia. Elabora cuatro vinos: Martúe, Martúe Especial, Martúe Syrah y el blanco fermentado en barrica Martúe Chardonnay. Además, el Grupo cuenta con otras dos bodegas, una en Rueda llamada Viñedos de Nieva, y otra en el extranjero, en el Douro portugués con el nombre de Seis Quintas.


Fausto González, viticultor y propietario
de Bodegas Martúe.
Qué más puedo contaros de esta bodega. Que fue fundada en el 2002 con la experiencia de Fausto González, viticultor y amante de lo que hace, aunque los comienzos de esta historia comenzaron allá por 1990 cuando fueron plantadas en la finca Campo Martuela la cabernet sauvignon en primer lugar, seguida de la merlot, syrah, tempranillo y petit verdot. Diez años después se plantaron en la finca El Casar las mismas, sumándoles la malbec y la chardonnay. Así que, siendo viñedos jóvenes (apenas 20 años) y viendo los buenos resultados de sus vinos, hay muchas esperanzas en el aumento de calidad de sus uvas, y por consecuencia, de sus vinos. La casa de Martúe se terminó de construir en el 2002, siendo esta, el centro y alma de la finca, en torno a la cual gira este gran e ilusionante proyecto.
Para la realización de la cata en mi “mesa-taller”, decido abrir la botella con bastante tiempo de antelación (1 hora aprox.) para evitar los aromas de reducción en botella (herméticos), ya que es de la cosecha del 2008 y estamos en el 2011.

MARTÚE 2008
·         Bodega: Martúe.
·         Zona: Pago Campo de La Guardia de Toledo (Castilla La Mancha).
·         Tipo de vino: Tinto crianza.
·         Meses en barrica: 9 meses en barricas de roble francés y americano.
·         Variedades: Tempranillo, merlot, cabernet sauvignon, petit verdot y syrah.
·         % alcohol: 14,5%.
·         Precio aprox.: 6€.
·         www.martue.com
·         Punt. Personal (0-100): 87 ptos.



Empezamos con el análisis visual de este vino, que se presenta con color rojo picota rodeado de ribete ladrillo oscuro. Su capa es alta y posee una densidad media-alta y una lágrima gruesa que resbala por la copa con lentitud, posiblemente por el efecto de los 14,5 grados de alcohol.
En nariz, aparecen notas agradables y golosas, con una intensidad medio-alta de perfumes, que nos recuerdan a la fruta roja y negra, al melocotón rojo, violetas, tinta china, grafito y ceniza, junto con una tímida vainilla aportada por la madera. Agudizando el olfato, aparecen lejanamente aromas a regaliz negro.
Entrada en boca suave y de paso ligero, con una acidez neutra, cuerpo presente pero no pesado, con taninos pulidos y amables al principio y con el tiempo algo secantes (¿alguna madera nueva?). Por vía retronasal aparecen aromas de fruta roja (fresones pasados) con un recuerdo final algo verde, posiblemente el pimiento verde de la cabernet sauvignon. La persistencia aromática se transmite en forma de fruta, tinta china y notas herbáceas.

El mejor maridaje para este vino será algo acorde a su filosofía, y qué mejor que lo representado en su etiqueta: Una obra interpretada con un contrabajo. Es el instrumento musical representado en la etiqueta para esta añada del 2008, una delicia para todos los sentidos, incluidos los oídos. He encontrado un ejemplo que le puede ir bien: Una obra de Ludwig Streicher. ¡Fabuloso!

                           




                         

¡¡Salud para todos y hasta la próxima!!

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