jueves, 25 de agosto de 2011

OVERO CRIANZA 2008, tinto andaluz.


De un tiempo para acá, podemos encontrarnos en las estanterías de nuestros supermercados y vinotecas con vinos tintos andaluces codeándose en cuanto a calidad y precio con los todopoderosos riojas y riberas. Y es que en Andalucía, no sólo se elaboran vinos finos, generosos y dulces. Existe un aumento imparable de bodegas que están elaborando tintos, ya sea porque lo han estado haciendo desde hace muchos años, como por ejemplo Bodega Regantío en Cádiz, o porque ven en este tipo de vinos un proyecto importante en una región nada negada a los vinos tintos. Porque Andalucía, dada su latitud, es de las comunidades donde hace más “caló” de España, aunque esto no ocurre por igual en todas sus zonas. Está comprobado que los climas con temperaturas altas dan tintos más alcohólicos, menos ácidos y con más cuerpo. Sin embargo, como ya hemos mencionado anteriormente, en Andalucía existen diversos climas o microclimas en los que la vid vive como en muchas regiones de Francia o norte de Italia, como por ejemplo Arcos de la Frontera en Cádiz, Ronda o La Axarquía en Málaga, La Alpujarra en Granada, la Sierra Norte de Sevilla, etc. Aquí los tintos tienen frescura, elegancia, y en muchos casos mineralidad propia de sus terroirs. Algunos de estos lugares poseen zonas frías y húmedas, idóneas para conseguir grandes vinos tintos a base de las afamadas uvas francesas cabernet sauvignon, merlot, syrah, cabernet franc, petit verdot y pinot noir; y la riojana tempranillo. A las muchas horas de sol, hay que sumar que en los muchos enclaves de altura de esta comunidad, existe una pluviometría de unos 1000 litros al año, una amplitud térmica entre 12 y 38 grados y un drenaje de la tierra con composiciones minerales (calizas). Estos son factores más que determinantes para creer en la calidad de los vinos tintos que se están creando y  se crearán en un futuro, con una total seguridad del triunfo en un mercado nacional, e incluso internacional.

 
Una de las realidades de esta verdad es la inversión de gente de “afuera” por estas tierras, como Ignacio de Miguel en la bodega rondeña Pasos Largos, o el proyecto del empresario valenciano Vicente Taberner en Arcos de la Frontera con su “château” Huerta de Albalá, que con su vino Taberner nº1 puede decirse que lidera la lista de los mejores tintos andaluces, con grandes premios a sus espaldas (fue otorgado con 95 ptos por el crítico Robert Parker en su añada del 2005).

En el 2009, los vinos elaborados en los términos municipales de Lebrija y El Cuervo, en la provincia de Sevilla, fueron reconocidos como Vinos de Calidad de Lebrija. Una de las bodegas que sobresalen es Bodegas González Palacios, con más de 50 años de existencias, cuya producción estaba basada en la elaboración de vinos generosos, hasta que su propietario D. Francisco González Palacios, decidió lanzarse a la elaboración de tintos. Su vino más emblemático es Overo Crianza, que ha logrado varios premios importantes, entre ellos la Gran Medalla de Oro del Concurso Internacional de Vinos y Espiritosos CINVE 2010, celebrado en Sevilla. Es un vino que gusta al público y a la vez no es caro.

OVERO CRIANZA 2008
·        Bodega: Bodegas González Palacios.
·        Zona: Vinos de calidad de Lebrija (Finca pago de overo, Sevilla).
·        Tipo de vino: Tinto crianza.
·        Meses en barrica: 12 meses en barricas de roble americano y francés.
·        Variedades: Tempranillo y syrah.
·        % alcohol: 14%.
·        Precio aprox.: 5€.
·        Punt. Personal (0-100): 93 ptos.

El color de este vino me sorprende, mostrándose con un vestido rojo picota con matices amarronados, que nos puede llevar a pensar que no es tan joven como creemos, a pesar de su cercana añada (2008). También parece estar un poco apagado, sin mucho brillo, y con una lágrima abundante y medio-ligera. Entonces nos preguntamos, ¿puede estar en su etapa de declive? Ya veremos.
Ansioso por meter la nariz en la copa, me encuentro con olores agradables e intensos de fruta negra sazonada en primer plano, acompañada con mermelada de ciruelas negras, balsámicos, pimienta negra, caucho quemado, y la típica nota de aceituna negra propia de la syrah. La madera se queda en un segundo plano expresándose con leves toques de vainilla. Es un vino elegante y seductor en nariz que nos incita a saborearlo.
En boca aparece la golosidad, con un recorrido lento que nos acaricia la lengua con taninos redondos, bien pulidos. Es goloso pero a la vez fresco, con notas balsámicas, elegante, con una fruta negra que nos llena la boca y un post-gusto intenso y duradero que nos recuerda al sabor que nos deja en la boca un puro en la primera tirada.
Un vino que refleja la unión entre la concentración y potencia de la fruta negra y la elegancia en boca. Y claro está, no se encuentra en su declive, mejor dicho, está en su momento óptimo de consumo, en el mejor momento de su vida. ¡Una gran sorpresa!
Muy recomendable.


Quién sabe. El presente vive una moda de tintos, tintos que parecen extranjeros en Andalucía, pero que pueden seguir escribiendo la historia del vino andaluz de la mano con los generosos que fueron los más reconocidos en España, dándole el impulso necesario a estos, para que por fin, se reconozca dentro y fuera de España la gran calidad de los mismos y haga posible un aumento significativo en el consumo mundial.
Seguiremos de cerca estos grandes tintos andaluces…

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