martes, 3 de mayo de 2011

TAGONIUS CRIANZA 2004, un grande de Madrid.

 Elegimos uno de esos vinos guardados en los botelleros del club The Wine Room, que estaban limándose en botella. Una bonita botella bordelesa de calidad, que nos transmite un mensaje. Es una de esas botellas denominadas de “vino de guarda”,  con cristal oscuro y grueso, en las que es difícil el escanciado del propio vino por su peso, lo preserva de la luz, vibraciones y rotura por golpes, evitando una evolución negativa.


Forma de la botella en su extremo
inferior para el depósito de los
sedimentos.
 Este tinto, de la menospreciada D.O. Vinos de Madrid, se llama Tagonius, en honor  al rio Tajuña que pasa por la localidad de Tielmes, dentro de la subzona de Arganda del Rey, que es una de las tres zonas vinícolas más grande de esta D.O. del centro de España, donde también se localiza la bodega con su mismo nombre (Bodegas Tagonius).
Bodegas Tagonius se fundó en el año 2000 como proyecto vitivinícola del grupo empresarial Foxá, en el que también se elaboran aceites y vinagres de alta calidad. Destacaremos que en esta bodega también se elaboran vinos kosher bajo la marca “Tikvah”, para el consumo de las comunidades judías con sus excesivos controles y reglas, siempre regidas por un rabino judío. Otro tanto a favor de esta bodega es su completísimo e innovador laboratorio con los últimos avances tecnológicos para controlar tanto los vinos como los aceites y vinagres.


Ignacio de Miguel, reputado enólogo.
 

La marca de vinos Tagonius fue inicialmente asesorada por el prestigioso enólogo Ignacio de Miguel, especializado en la asesoría de la composición de vinos mediante la cata. Este reputado enólogo, profundo entusiasta de Castilla-La Mancha, trabaja con los enólogos de más de veinte bodegas de toda España y les informa de lo que está pasando en el mercado para que tengan éxito dentro del mismo. Comenzó elaborando Dehesa del Carrizal, de Marcial Gómez Sequeira, para seguir con Pago de Vallegarcía, de Alfonso Cortina; también asesora a Estancia Piedra, El Regajal, Martúe, Pasos Largos, el QP de Rioja, Pago de Larrainzar, el último proyecto llamado 14 Viñas, y su vino propio el tinto Zumaque de Broteas, entre otros. Según nos cuenta Ignacio de Miguel, todo su conocimiento sobre la asesoría de la composición de los vinos mediante la cata, se lo debe a Michel Rolland, ya que trabajó con él en Dominio de Valdepusa (también coincidió con Emile Peynaud y Richard Smart ) gracias a la amistad que su padre tenía con el Marqués de Griñón. Seguro que catamos más vinos que tengan que deber algo a este profesional de la élite en la enología española.
La añada de este vino que vamos a analizar, la del 2004, es una añada especial para la bodega. Fue valorada  por el prestigioso y polémico gurú del vino, Robert M. Parker, con 91 puntos, tal y como se puede apreciar en la etiqueta de la botella. También fue galardonada con la medalla de plata en Mundus Vini 2006 y la medalla de oro 2007 del Concours Mondial Bruxelles, entre otros premios.

                                      

TAGONIUS CRIANZA 2004
·       Bodega: Bodegas Tagonius.
·       Zona: D.O. Vinos de Madrid (Subzona de Arganda del Rey).
·       Tipo de vino: Tinto con madera.
·       Meses en barrica: 9 meses en barricas de roble francés (80%) y americano (20%), y 18 meses en botella, más los meses en mi bodega.
·       Variedades: Tempranillo, cabernet sauvignon y syrah.
·       % alcohol: 14,5%.
·       Precio aprox.: 9€.
·       Punt. Personal (0-100): 62 ptos.

Existe una contradicción en la información de las variedades empleadas en la elaboración del vino. En la etiqueta del reverso de la botella nos informa de que la única variedad empleada es la tempranillo; sin embargo, en la página web de dicha bodega se contradicen, añadiendo a la cabernet sauvignon y a la syrah. No puedo decir que sea un error, pero si pienso que es una falta de información vital para aficionados y profesionales del vino.



Contraetiqueta deteriorada por su reposo en botellero.


Copa tipo Borgoña.
Decido utilizar para la cata una copa tipo borgoña que refleje mejor los aromas sutiles de este vino, fruto de la evolución de una crianza en barrica y botella. Analizo también la botella de vino a través de la luz de una vela para decidir, como nos indica la contraetiqueta, si es conveniente la decantación. No se visualiza ningún poso ni partícula en suspensión, así que decido no decantarlo.


Este vino colorea la copa con un bonito rojo picota medianamente cubierto, brillante y cristalino con ribetes granate. Densidad media-baja con lágrimas tintadas en la copa medio-rápidas.
Nariz agradable y de intensidad sorprendentemente baja en el primer acercamiento de la nariz sin agitar la copa. Cuando la agitamos, sube su intensidad con aromas elegantes de fragancias de frutos rojos en sazón (fresones y cerezas), seguido de un roble avainillado rodeado de especias dulces, como la canela, y un fondo de monte bajo (tomillo) y flores (lirios).
El encuentro con la boca es abocada, con aristas de acidez (que nos revela su potencial de guarda) y un cuerpo ligero con un paso de boca rápido pero persistente que nos deja en boca los recuerdos frutales y especiados de la madera. El aspecto negativo es la sensación de verdor o amargor en la retronasal, que enmascara la frutosidad que encontramos en nariz. No sé, pero puede ser debido a la no correcta maduración en la vendimia de algunas de las tres variedades empleadas, o al aporte vegetal que, a veces, se encuentra en la cabernet sauvignon.
De todas formas es un vino correcto aunque, personalmente, esperaba más de él. Tal vez, necesitaba más tiempo en botella.
Habrá que seguirlo, comprando alguna botella de otra cosecha.


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